lunes, 13 de agosto de 2012

Nueve meses para toda la vida.



El 14 de abril de 2008 mi organismo anunció que estaba embarazada. Recuerdo fumar un cigarrillo mientras felicitaba a una amiga que cumple años ese día y notar un sabor diferente cada vez que daba una calada a mi Marlboro.
Restaban 3 días para que me bajara la regla, era un reloj porque tomaba la píldora anticonceptiva, pero a la mañana siguiente me hice una prueba de orina que anunció que iba a ser madre.

Emoción, nerviosismo, miedo, alegría... No sabía ni cómo había pasado ni cómo decírselo a mi marido. Fui tan romántica que lo supo al recibir una foto del test de embarazo vía mail. Tenía miedo a su reacción. No era un bebé buscado.
A día de hoy sé por diversos psicólogos que el hecho de "buscar" un embarazo o no determina mucho ya que el útero necesita prepararse para dar la bienvenida a ese feto que se va a ir convirtiendo en un bebé en esos 9 meses de "okupa".
Mi útero no le dió la bienvenida y desde la primera semana fue un constante ir y venir al hospital por pérdidas pequeñas de sangre. La progesterona era mi aliada cada noche en esa lucha por la vida.

Al principio lo supieron las personas más cercanas y al tener riesgo de aborto lo dijimos pasados los 3 meses. Enseguida supimos que era una niña. Nos lo dijo sin querer una ginecóloga de la Clínica Corachan en una de esas visitas de urgencia. Recuerdo que estaba en la semana 14 de gestación cuando escuché con acento argentino un alegre "tu niñita está bárbara".


Mi marido y yo volvimos contentos a casa. ¡Una niña! Todos decimos que lo importante es que venga sano y es cierto pero no nos engañemos, casi siempre tenemos predilección por uno de los sexos.

El cariban, la progesterona, los melocotones y la sopa de cocido con zancarrón que hace mi suegro fueron mis compañeros en esos meses de espera. No fue dulce. Para nada.
Mi hija escuchó en el vientre infinitas veces las palabras "embargo", "hipoteca", "desahucio"... y sintió mi llanto día tras día.

El ginecólogo que elegí para que llevara el embarazo y asistiera el parto nos confirmó que era una niña, que todo estaba perfectamente y que la fecha prevista para el nacimiento era el 25 de diciembre. Ya me imaginaba comiendo los turrones en la clínica pero Nahia (nombre vasco que significa la deseada, la amada) quiso nacer un poquito antes.

Estoy escribiendo el significado de su nombre y me remueve por dentro que no haya sido una niña buscada aunque sí muy deseada en esos nueve meses en los que su corazón y el mío habitaban en un mismo todo.

El 12 de diciembre logramos malvender el dúplex que tanto nos hizo sufrir y esa misma tarde mi cuerpo dijo que no podía más : Nahia quería nacer.

Fuimos a la clínica con la canastilla. Habíamos quedado para cenar en casa de unos amigos y teníamos que parar de camino para comprar la bebida pero ni fuimos a esa cena ni hubo bebida.

Semana 38 de gestación. Dilatada de 2 centímetros. 0 contracciones. Llegamos a la planta de maternidad con una cara de pardillos impresionante. Asustados pero emocionados entramos en una mini habitación de urgencias acompañados por una comadrona.
Me hace las preguntas de rigor, me examina y me monitoriza. Todo correcto. Esperamos media hora para intentar saber el motivo de mi malestar.
Vuelve a venir. Vuelve a meter la mano en mi vagina. Vuelve a mirar el monitor. Todo correcto.

Y de repente empiezo a notar mucho calor. La calefacción estaba a tope y mi jersey de cuello alto no ayudaba en absoluto. Comencé a marearme y a notar que me desmayaba. La máquina empezó a pitar y vino una enfermera que me comenzó a abanicar con una edición de la revista "Diez Minutos". Era vasca, mi marido también y él llevaba una sudadera de la selección de Euskal Herria. Mientras me abanicaban para que volviera a sentirme bien comenzaron a hablar de su tierra que cierto halo de nostalgia.

La comadrona hace acto de presencia y avisa a la ginecóloga de urgencias. Mi ginecólogo no apareció. ¿Para qué? Estaba de cena de Navidad con vete tú a saber quién.
Me vuelvo a marear, la máquina vuelve a pitar y esa ginecóloga ve que hay riesgo y pronuncia estas palabras : " Hemos decidido que a lo largo de esta noche tengas a Nahia". Lloré. No de emoción, más bien de miedo. Miedo a lo desconocido, miedo a lo que podía pasar...  Si en ese preciso instante hubiese tenido un cuchillo me hubiera rajado la barriga para que mi hija no sufriera. Porque los pitidos de esa máquina indicaban que Nahia estaba sufriendo brabicardias.

Sala de partos con música y una comadrona encantadora hicieron más llevadero el momento. Mi marido ya se había disfrazado de verde y estaba a mi lado dándome la mano y riñéndome cada vez que me giraba para mirar el monitor. El latido del corazón de Nahia iba rápido pero llegó un momento que no quería oirlo y pedí que bajaran el volumen de la máquina. Me estaba dando un ataque de ansiedad.
Oxitocina, rotura de la bolsa y si no dilataba en 3 horas me llevarían a quirófano para practicar una cesárea. No hizo falta. En menos de 3 horas la oxitocina hizo su función, los dolores cada vez eran más fuertes, la epidural no hizo efecto, casi encangrené la mano de mi marido de lo fuerte que le apretaba con cada contracción que venía y llegó el momento de avisar a la ginecóloga de guardia.

Parí sentada, parí con dolor, parí con la mente en todo menos en lo que estaba ocurriendo en ese momento en esa sala de partos. Y me arrepiento pero ya no hay marcha atrás.
Nahia nació a las 2.47h del 13 de diciembre. Coqueta desde el vientre vino al mundo con una vuelta de cordón a modo de collar y otro en la cintura a juego. Mucho estilo. Apuntaba maneras.

Y de repente estaba abierta de piernas mientras la ginecóloga acababa de hacer su trabajo, con la comadrona y una enfermera muy joven diciendo lo mucho que se parecía la niña a su papi y yo en mi mundo. Me la pusieron encima del vientre, ese vientre que había ocupado durante 9 meses, y mi mente se quedó en blanco, como si el milagro de la vida no fuera conmigo.





Pocas visitas a la clínica que una no tenía el cuerpo para jotas y la mente mucho menos. La tensión me subió al día siguiente de su nacimiento, empecé a tener taquicardias y me chutaron con un diazepan. Fue el comienzo de mi depresión post parto.
Una depresión post parto que duró bastante, una depresión post parto que me hizo rozar la locura, mirándome la tensión arterial 50-60 veces al día, asomándome al lavadero e imaginando mi caída, una depresión post parto que hizo que acudiera de urgencias a la consulta de un psiquiatra que me escuchó sollozar y me recetó tranquilizantes y antidepresivos. Así se ponen parches a las heridas pero no curan.

Mi hija tuvo la compañía de su padre mientras su madre estaba ausente.Su padre la acunaba cuando lloraba de madrugada, le daba el biberón cuando yo estaba bajo los efectos del trankimazin, le curaba el ombligo, la abrazaba, le daba calor...  Mi hija no supo lo que es un abrazo con amor y un beso sentido desde lo más profundo de mi corazón hasta pasados unos meses.

Y escribo y se me caen las lágrimas porque no hay un botón de REV para colmarla de besos y caricias desde el primer segundo de vida. He perdido un tiempo precioso de la vida de mi hija. No hay vuelta atrás.



Ser madre es maravilloso pero a la vez es el reto más difícil en la vida. Ser madre te colma de pequeños momentos en los que redescubres la vida por los ojos de tu hija. Y cada logro, cada diente, cada pasito, cada sonrisa, se convierte en motivo más que suficiente para ser feliz.

Ser madre es muy difícil. Nunca sabes si lo estás haciendo bien o no, aparecen de la nada los de Tolosa (esas personas que TodoLoSaben) y que te hacen sentir la peor madre del mundo. Hasta que decides muy educadamente mandarlos a la mierda y dejarte llevar, guiarte por tu instinto, el de tu marido y de las recomendaciones del pediatra.

A día de hoy Nahia quiere que le compremos una hermanita en la tienda donde venden niñas. Me explica con esa voz tan preciosa y esos ojillos achinados los besitos que le dará a su hermano, lo que me ayudará a darle el biberón, cómo se agarrará del carrito para pasear cuando deje de ser hija única.
Y me encantaría volver a ser madre. No solamente por colmar de felicidad a mi hija y su anhelo sino para saber lo que es un embarazo en condiciones y decidir cómo y dónde quiero parir.

Porque no hay otros 9 meses que cambien tanto nuestras vidas.



¡¡¡ TE QUIERO NAHIA !!!!

viernes, 10 de agosto de 2012

Me dieron la vida.Yo decido si me la quito.

El tema del que quiero escribir es bastante peliagudo. Complicado y controvertido ya de por sí. Una persona me ha inspirado y es la primera vez que escribo en el blog una historia que no es mía.

EL SUICIDIO. Los motivos por los que una persona puede plantearse acabar con su vida.



Laia, voy a "bautizarla" con ese nombre, es una persona marcada por una infancia infeliz. Espectadora pasiva de peleas y gritos entre sus padres, comparada con su excelente hermana en todos los aspectos de su vida... Laia creció en un entorno hostil que la fue haciendo cada vez más insegura.
Iba creciendo de tamaño en la misma proporción que su autoestima se iba haciendo pequeña.

Nuestros padres, el entorno en el que nos criamos y el amor y dedicación que nos profesan en los primeros años de nuestra vida son los pilares para crecer con una mente sana y amor propio.

Laia fue una chica un tanto díscola. La forma de intentar huir de su realidad era sumergirse en alcohol y drogas y tener una relación tóxica con un chico que no solamente no la apoyó sino que también le puso la mano encima. Y Laia seguía empequeñeciendo y sintiéndose una mierda hasta que decidió quitarse la vida.




Por suerte no se salió con la suya y superó una de sus múltiples depresiones cambiando de aires, conociendo al hombre de su vida y convirtiéndose en una excelente madre.

Muchas personas creen que el suicidarse es un acto cobarde. Yo opino completamente lo contrario. Hay que ser muy valiente para poder echarle los huevos al asunto y matarse. Todo tiene solución, TODO.

Apenas conozco a Laia, quizás por eso me ha contado los fragmentos más dolorosos de su vida, porque es más fácil abrirse a un desconocido sin temor a ser juzgada.
Ella se siente infeliz, maltratada por la vida, repudiada por sus padres ... Pero tengo muy claro que va a salir a flote y va a centrarse en lo que realmente importa : QUERERSE UNO MISMO.

No lo dejes para mañana, empieza desde este mismo instante en el que me estás leyendo con un nudo en la garganta. QUIÉRETE!!!! Eres una buena persona, una buena madre y una buena hija. Estás sana, tienes un presente y un futuro por el que luchar. Sana todas esas heridas que tienes del pasado, cierra esa puerta y comienza a ser feliz porque te lo mereces.



La felicidad está dentro de nosotros. Nos hemos acostumbrado a vivir de puertas a la galería cuando lo que importa es estar en paz con uno mismo.

Me lo has puesto difícil esta vez querida Laia. Espero que te sirva como empujón para salir de esa mierda en la que te recreas. No pierdas ni un segundo más en pensar cosas negativas y haz todo lo posible por ser feliz.

Te deseo la mayor de las suertes y te dedico esta canción.



Espero ver ese libro publicado. Tienes el principio y el final. Construye y escribe día a día todas las páginas. Un abrazo inmenso.

jueves, 9 de agosto de 2012

Una delgada línea.

Hoy me apetece escribir sobre la delgada línea que separa la amistad y el amor y si dos personas heterosexuales de diferente sexo pueden ser amigos.

Tener una amistad profunda y verdadera con un hombre me resulta muy enriquecedora y mucho menos tóxica que con una mujer pero es complicado saber poner límites y diferenciar la amistad de la atracción física y sexual.

Seguro que te ha pasado alguna vez en tu vida. ¿No?¡No me lo creo!Seguro que has conocido a una persona del otro sexo con la que has congeniado a la perfección, has compartido momentos inolvidables y de repente alguno de los dos ha soltado la frase fatídica de " Tenemos que hablar ".

¡Ay Dios! Cuando esa frase se escucha empiezan a temblar las piernas, se te seca la boca, se aceleran las pulsaciones, intentas recomponer la cara y dices de forma lo menos trágica posible y con sonrisa a lo Profident la también típica respuesta de " De acuerdo, ¿pasa algo? ".


En muchas ocasiones es difícil no dejarse llevar por unos sentimientos que algunas veces son confusos. Puede ocurrir que el amigo atraído se confiese y el que atrae corte toda relación con el otro.
Puede ocurrir que el atraído y el que atrae lleguen a algo más y de esa amistad nazca una bonita historia de amor. Tantas posibilidades de  "puede ocurrir" como amistades hay en este cada vez mundo más loco.

A mí me ha ocurrido de todo : Que un amigo confiese que siente algo más y yo decirle que no y que esa persona decida dejar de hablarme, que un amigo se convierta en algo más, que me quede eclipsada por un amigo y me dé calabazas de buen rollo, que me enamore hasta las trancas y ese amigo sepa llevar el tema lo mejor posible y generar un clima de confianza y tranquilidad ...


Me vas a decir a estas alturas de la película que no es una putada enamorarse de un amigo y que en el mismo momento en el que digas "Tenemos que hablar" se diluya esa amistad. Si ocurre eso es que ahí no había amistad ni había nada.

Hace ya 9 años conocí a un compañero de trabajo del que más adelante me fui haciendo amiga. Los descansos en nuestra jornada laboral, las ganas de abrirse el uno al otro ( de mente que no de piernas) hicieron que uno de los dos sufriera un colapso neural del tipo "¿Me estaré enamorando de esta persona?" . Y ahí,si realmente te importa y quieres que esa relación perdure en el tiempo, hay que mojarse, hay que ser sincero y hablar sin tapujos.
A día de hoy este chico sigue siendo una pieza importante en el puzzle de mi vida. Hemos pasado meses sin hablarnos, ha participado de forma activa en mi boda, hemos reído y llorado, hemos compartido confidencias... Y si ya uno de los dos se tira un pedo delante del otro... ahí sí que ya no somos amigos, ya somos como hermanos.

Hace unos meses y de forma casual conocí a otro chico con el que hubo conexión desde el minuto 1.
Los dos somos muy impulsivos, luchadores, soñadores pero a la vez reflexivos, buenas personas y muchas más cualidades por las que día a día se fue forjando una gran amistad.
Y llegó el momento del calentón, cuando uno de los dos suelta una burrada de índole sexual como quien se tira desde una avioneta sin paracaídas y el otro... el otro le responde. ¡ Peligroooooooo!
O empiezas una historia de amor con esa persona o reconduces la relación para salvar eso tan bonito que une. Y en este caso los dos decidimos apostar por la muestra más bella que puede haber entre dos personas : LA AMISTAD.



Los dos sabemos que nos tenemos, los dos sabemos que si a uno le pasa algo el otro lo nota aunque estemos a kilómetros de distancia, los dos sabemos que hemos tomado la decisión adecuada y estamos ahí para lo bueno y para lo malo. Porque te quiero, porque muchas veces eres como un espejo en el que me veo, porque otros días me siento tu madre, porque otros días me riñes si algo he hecho mal o me animas y motivas y me dices lo mucho que valgo.
Espero poder disfrutar de tu compañía durante mucho tiempo porque me haces mucho bien.
Eres grande PEQUEÑO.










miércoles, 8 de agosto de 2012

Enganchad@s


Recuerdo con una gran sonrisa mi primer móvil. Era tipo ladrillo, Motorola con tapa y pantalla verde. Regalo de un íntimo amigo de aquellos tiempos.
Recuerdo cuando los números de teléfono móvil empezaban por 9 y no por 6.
Recuerdo cuando el teléfono móvil servía para llamar y ser llamado y para enviar y recibir SMS.
¿Parece que hayan pasado siglos,verdad?

Todo evoluciona rápido y estamos ante una era de nuevas tecnologías. Que si Iphone,tablet,smarphones... Por no hablar de las redes sociales que mueven el mundo como Twitter o Facebook y de grandes inventos como Instagram o Whatsapp.

¿Vivimos enganchados a lo virtual?



Mi humilde opinión es que cada vez  nos importa más lo de fuera que lo de dentro, estamos pendientes de cada movimiento de cada red social, dejamos todo lo que tenemos entre manos cuando vibra el móvil al recibir un whatsapp, vivimos cada segundo pensando si ese lugar al que hemos ido es fotografiable para subirlo a Instagram, ensayamos ante el espejo la sonrisa típica de foto para que todos nuestros seguidores o "amigos" (depende de la red social en la que más te muevas) vean lo felices que parecemos ser.

¿Y qué hay detrás de todo eso? Hay mucha incomunicación, mucha rutina, muchas horas sin mirar a tu pareja a los ojos, muchos días sin tener una conversación con tus padres o tu hermano...
Rozamos lo absurdo cuando nos comunicamos a través de whatsapp con otra persona estando los dos bajo el mismo techo. ¿Qué es de esas risas que no son "jijiji"? ¿Y de esas conversaciones sin estar leyendo debajo de un nombre el tan odiado "escribiendo..."?



La que te habla, o más bien la que te escribe, ha vivido situaciones típicas de programa de cámara oculta: Me he chocado contra alguna farola, casi me atropella un coche, he calculado mal el pie y he bajado 2 escalones de golpe... Por suerte todas superables y todas anecdóticas.

Y vas por la calle y quien no habla por teléfono va con cara de acelga y el que no va con cara de acelga va sumergido en su móvil de última generación.¡¡¡¡Por no hablar del compaginar ser madre con todo este mundo virtual!!! Ay Dios, es sumamente difícil.

Estás enfrascada en una conversación de lo más animada cuando escuchas a tu hija decir que tiene caca y que le limpies el culo. Estás mirando tu cuenta de Twitter y resulta que tiene hambre. Estás comenzando a tener una llamada por Skype y a la niña le da por decir que quiere ir al parque. Estás en el parque "jugando" con ella y a la vez estás rozando el orgasmo con tu amigo de sexting.
Es para colapso cerebral ,¿verdad?

Pues sí, hoy ha sido un dia en el que  hubiese tirado el móvil al WC. Algunos de los que me leéis y me conocéis os llevaréis las manos a la cabeza pensando que me ha dado un parraque. Pues no.
Quiero poder aprovechar lo bueno de las nuevas tecnologías sin depender de ellas. Comunicarme, estar al día, leer cosas que me interesen pero no que mi móvil sea una prolongación de mi mano.
Quiero poder disfrutar de una luna llena en la playa sin pensar el filtro que utilizaré, quiero escribir lo que me dé la gana sin condicionamientos externos y sobretodo no quiero volver a escuchar a mi hija decirme : "Ama,deja el móvil que quiero jugar contigo".



Nada ni nadie es más importante que la sonrisa de mi hija, por nada ni por nadie voy a decirle que sí a mi hija cuando no la estoy escuchando porque estoy escribiendo,caminando y de la mano con ella.
Este tema lleva rondándome desde que leí uno extraordinario de Maxim Huerta y desde que leí esta frase: " Cuántos niños desearían ser Iphone para recibir la misma atención de sus padres".

Ala, os dejo que es tarde y antes de apagar la luz quiero mirar mi dos cuentas de correo electrónico, saludar a amigos en Facebook, escribir algunos tuits, subir alguna foto a Instagram y decir buenas noches a alguna persona a través de Whatsapp :-)

martes, 7 de agosto de 2012

SEXTING. Interesante.


Una que es muy moderna y muy de todo y descubre el maravilloso mundo del sexting.

No tenía ni pajolera idea de que intercambiar fotos o vídeos y tener conversaciones no precisamente del tiempo tiene ese nombre.
Anoche estaba haciendo zapping y en la MTV emitían un programa de un chico que va por los institutos yankis hablando de sexo y dando consejos a los chavales. Y de repente salió la palabra : SEXTING.
Automáticamente pregunté a través de un tuit y, casualmente, en menos de 2 minutos me respondieron 3 chicos. Fíjate tú!!!




Una amiga mía, muy íntima, tan íntima que podría ser yo misma, ha practicado el sexting y está encantada. Me comenta muy animada que la imaginación, el crear un ambiente adecuado y el morbillo de hablar con un desconocido produce un grado de excitación impresionante.
Vamos, que ni con tu novio de toda la vida o tu marido del que llevas el nombre tatuado en alguna parte de tu cuerpo te ha provocado tanto placer con tan poca cosa ... O mucha, según se mire.




Los hombres casados o con una relación estable son con los que mi amiga ( a la que vamos a llamar Silvia para que nadie se dé por aludida) tiene conversaciones más interesantes.
Este mundo en el que priman las nuevas tecnologías y no el mirarse a los ojos y hablar cara a cara hace que muchas personas se conviertan en otras detrás de una pantalla de ordenador o de un móvil de última generación.
Normalmente conoce a alguien a través de una red social, vamos a llamarle Twitter, y si hay feeling pasa a intercanviar una serie de DM's (mensajes privados), hasta que el gran invento del siglo "El Güasá" hace el resto.


Mi amiga Silvia ha llegado a varias conclusiones después de unas cuantas horas de insomnio y fogosidad. Hay personas que lo hacen porque se sienten solas. Hay otras que lo hacen por sentirse deseadas por otras que no sean sus parejas. Otras lo hacen por sentir que todavía pueden "estar en el mercado" y otras porque necesitan más sexo que el que reciben de su pareja.

Y es que el sexo es como preparar la cena : hay que hacerla cada día. Sí, no pongas esos ojos como platos que te va a dar un aire!!! CADA DíA!!! A no ser que ocurra algo extraordinario por lo que te sea humanamente imposible.

Queridas mías, os hablo a vosotras porque soy mujer y quien me puso este ejemplo es otra mujer.
El hombre necesita el sexo como nosotras una onza de chocolate, un beso o el respirar. Un hombre falto de sexo es más peligroso que la central de Fukushima.
¿Sóis golosas? Seguro que sí. Imaginaos que en casa tenéis todo tipo de dulces y pasteles y os coméis uno cada día. Interesante, ¿verdad? Pues ahora imagínate que todos esos dulces desaparecen o te los dan a cuentagotas o como un "premio" y pasas por una pastelería y te dan ganas de devorar el escaparate con cristal incluído. Si el pastel te lo has comido en casa mirarás el escaparate de la pastelería pero seguro que no compras ni uno. ¿Para qué? ¡Si ya lo tienes en casa!
 

El sentirse desead@, el saber que tu cuerpo excita a otra persona, que tu voz estremece, que tu imaginación provoca una erección es una pasada ... ¿Por qué no pruebas a hacer sexting con tu pareja? Ya sé que no es lo mismo. Para tu mujer te pones los calzoncillos dados de sí, para tu marido no te pones picardías sino la típica camiseta que te regala cualquier familiar que ha viajado a Benidorm.

El sexting es muy excitante. Te animo a que lo practiques.

domingo, 5 de agosto de 2012

Días de ateísmo profundo

Viernes, 3 de Agosto de 2012. 8.31h. Recibo un SMS de una amiga de mi família materna de toda la vida en la que me dice lo triste que se siente por lo que le ha pasado a David.
Lo primero que se me pasa por la mente es un accidente de tráfico o laboral.
Cojo el móvil y llamo: David ha muerto. ¿Cómo?¿Qué?¿Alguien me puede explicar si es una broma macabra?

Comienzo a movilizarme, quiero saber qué ha pasado, necesito que alguien me diga que es mentira, quiero saber que mi prima está bien y que su marido está dedicándole una de sus maravillosas sonrisas a su pequeña hija.

No consigo que nadie me desmienta la notícia porque es real : David ha muerto.

Unos dolores muy fuertes de cabeza, algunos mareos, vómitos ... fueron las señales que le alertaron hace un mes de que algo no iba bien en su organismo. Fueron de urgencias al hospital y sin apenas explorarlo lo mandaron a casa diagnosticándole una migraña.
Los síntomas persisten, incluso se agudizan. Deciden ir a otro hospital y allí le realizan un TAC y un scánner en el que pueden observar que tiene 3 tumores en el cerebro. Operación arriesgada. Operación exitosa.A los 3 días de la intervención le dan el alta y sigue su vida en casa, arropado por su mujer y su bebé.

Y David no ha superado la operación. David hoy cumpliría 37 años y ha sido enterrado entre silencios y lágrimas.



Observo a mi prima y admiro su entereza, su amor, su fuerza, su coraje...

Hoy he tenido instintos asesinos cuando el cura oficiaba la misa. " Dios ha llamado a David para que esté junto a él"..."Unos ángeles le darán la bienvenida en el reino del Señor".
¡Vete a la mierda le hubiese gritado bien fuerte!

La vida nos da bofetadas de realidad que nos deja nockeados. La vida hay que vivirla, cada minuto, cada segundo son únicos y debemos aprovecharlos al máximo.

Muchas veces nos quejamos por cosas sin importancia, nos miramos al ombligo demasiado, nos creemos inmortales... Y no valoramos lo que tenemos.

Estos dos días de velatorio me han servido para reflexionar y me he dado cuenta de que no abrazamos, no besamos, no decimos Te Quiero, no disfrutamos de todas las pequeñas cosas que tenemos a nuestro alcance a diario.

Y estos días he pensado mucho en un chico muy joven. Voy a llamarle "Ángel" porque ha aparecido en mi vida como si de uno se tratara. Un chico luchador, un chico que ha sufrido la misma enfermedad que David pero que puede respirar, puede ver, puede sentir...
Gracias "Ángel" por hacerme más humana. Seguro que antes de lo que te imaginas estamos haciendo una competición para ver quién se ata los cordones de los zapatos antes. Y sé que me ganarás!!!




He aprendido la lección. Y tú que me lees no tardes ni un segundo en decir y demostrar tus sentimientos a todas las personas que son importantes en tu vida.Hoy puede ser tu última oportunidad





martes, 31 de julio de 2012

Cuando la comida no es un placer



Mi yaya Isabel me decía siempre que estaba muy guapa. Todos sabemos que cuando una abuela dice eso... P E L I G R O !!!!!
Nací siendo redondilla y crecí cual croqueta. Las ausencias de abrazos eran suplidas por la comida y recuerdo las noches en las que ya estaba durmiendo, llegaba mi padre de trabajar y me levantaba para hacerle compañía y recibía sus abrazos cenando de nuevo.

Cuando llegué a la adolescencia no retenía líquidos ni tenía problemas de tiroides, grandes excusas en las que se parapetan persona para no afrontar la realidad : Estás gord@ porque comes!

Y como si de una olímpica de sumo se tratase ... Silvia, 17 años, 120Kg de peso !!!!
Sí, sí, has leído bien : 120 KG!!!!!!

Ya en el colegio había recibido motes tan bonitos como el de " La Toci" y en el instituto no iba a ser menos. ¿Y sabéis una cosa? ¡Que era guapa! ¡Acabáramos!
En 2º de B.U.P. me enchoché de un chico que ahora no entiendo donde le ví la gracia, la verdad.
Ese chico fue el detonador. Una "amiga" le dice que estoy colada por sus huesos y él pronuncia estas palabras que tengo tatuadas en mi cerebro desde entonces : " Es muy guapa, simpática y buena persona pero ... está gorda ".
Ya sabiendo el dato de mis 120Kg podéis deducir que el chico no era un lumbreras y carecía de anomalías en la vista.

Cual Cindy Crawford tracé un plan perfecto de dieta y ejercicio para estar estupenda en pocos meses.
Comencé un 13 de abril a comer todo a la plancha, todo hervido, sin salsas, nada de dulce, nada de pan ... Y resulta que esta dieta daba resultados a pasos agigantados. Mis familiares me animaban, mis amigas me felicitaban, el vecindario me jaleaba y yo creía comenzar a ser feliz comiendo lechuga sin aceite ni nada que le diera un toque de gracia.

Fue pasando el verano y cada vez perdía más y más peso. Ya no comía las cantidades de comida saludable adecuadas, hacía ejercicio de madrugada, bebía muchísima agua, me daba puñetazos en la barriga ... Por no hablar de mis cambios de humor, mi nula vida social, mis lloros.

Llegó septiembre, gran cita para los "estudiantes" como yo que teníamos que acudir a exámenes para aprobar o suspender asignaturas y pasar o no de curso.
Acudí al instituto con una amiga y gracias a ella el resto de compañeros me reconocieron.No daban crédito a lo que estaban viendo. Pelo corto a lo chico (cortado porque se me caía a mechones), minifalda y camiseta ajustada.

Aprobé las asignaturas con mucho sacrificio porque la mente también se debilita y agota.Pasé de curso, no volví a ver a ese chico y me quedé con una compañera llamada ANOREXIA.



Mi vida se convirtió en un calvario y la de mis padres y hermano en una pesadilla.
Nunca vomité pero no comía. Podía mantenerme en pie durante todo un agotador día de incesante actividad comiendo una única hoja de lechuga.
No quería salir a la calle, solamente me apetecía estar tumbada en la cama dejando pasar la vida, beber agua para engañar al estómago y mirar fotos de modelos escuálidas que eran exitosas en todos los ámbitos de su vida, o eso decían de ellas.

Visitas a psicólogos y psiquiatras, endocrinos, asociación contra la anorexia y la bulimia (ACAB)...
En 5 meses pasé a subirme a la báscula (esa cómplice a la que quieres y odias) y ver que marcaba 47kg.

No estaba gorda y lo sabía. Disfrutaba viendo cómo se marcaban mis costillas y sabía que estaba enferma pero tenía pavor a comer un trocito de cualquier alimento y recuperar todo el peso que había adelgazado.

Han pasado 17 años desde que anorexia y yo nos conocimos. Hemos tonteado varias veces más y he vuelto a pasarlo mal y hacerlo pasar mal a las personas que me quieren y quiero.

Espero que este trozo de mi vida que comparto contigo sirva para que no caigas enferm@, para que jamás juzgues a una persona por su físico y para que te quieras.

Quererse uno mismo es la clave para que tu vida sea feliz.